Las cartas de amor, como medio para hacerle saber a la persona amada tus sentimientos hacia ella, son una de las formas más antiguas que se utilizan por parte de los hombres y mujeres. Aunque se escriben a diario y a cualquier hora, lo cierto es que una declaración de amor siempre queda más anclada en el alma de quien la recibe cualquier 14 de febrero. Y es que este día es muy especial: es el día de los enamorados.
La costumbre de entregar cartas románticas y poemas de amor viene de muy lejos, tanto que tenemos que viajar en el tiempo hasta la época romana. Un 14 de febrero fue cuando al Obispo Valentín le condenaron a la muerte por casar en secreto a muchas parejas y un 14 de febrero, tras comenzar una bonita historia de amistad con una muchacha, fue cuando él le envió una bonita carta de amor antes de morir decapitado.
Es aquí cuando nace la tradición de escribir hermosas y cálidas tarjetas o postales y cartas amorosas y, desde entonces, las personas han acogido esta forma de desnudar su alma. La humanidad entera ha continuado y continuará con la misión de Valentín: difundir el amor a quien tú desees, por lo que podemos decir que su muerte no fue, ni mucho menos, en vano.
El juego de la seducción, con el tiempo, ha ido cambiado de aspecto. Mientras que nuestros ancestros redactaban líricos poemas de amor para conquistar a quienes le robaban el corazón, ahora las cosas no tienen nada que ver. ¿Qué opinarían nuestros abuelos si vieran que un mensaje amoroso ya no se suele escribir con lápiz y papel sino que se difunde a través de SMS? Seguramente piensen que los jóvenes hemos perdido el sentido del romanticismo. Quizá sea así, o quizás no, pero lo cierto es que el amor ahora viaja mucho más deprisa y llega antes al destino esperado en menos tiempo.
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