Había una vez un hombre que olía tan bien el viento, que sabía de dónde venía , cómo iba a ser y todo lo que podía hacer ese viento. Por eso, todos los vecinos del pequeño pueblo donde vivía, iban a preguntarle multitud de cosas que tenían pensado hacer, para ver qué tipo de viento iba a hacer y si podrían realizarlas.
Le preguntaban cosas tan variadas como: ¿Cuándo debían relizar su siembra., recolectar sus cosechas, sacar a pastar sus animales, pintar sus casas algunos...hasta cunado debían casarse.

Los que le creyeron tuvieron mejor suerte y tomaron sus medidas para recibir al viento destructor. desde entonces le vuelven a tener en cuenta en sus predicciones y le perdonan el pequeño error del pasado.
Sandra, CEPR Juan Pedro
Sandra, CEPR Juan Pedro
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