PUBLICADO EL NUEVO NÚMERO DE LA REVISTA DE LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES DE ANDALUCÍA

02 febrero, 2013

Treinta de enero, Día Internacional de la Paz








El Día Internacional de la Paz es una jornada dedicada a la celebración de la no violencia y el cese del fuego a nivel mundial. Conoced algunos de los más bonitos poemas de nuestros clásicos poetas, dedicados a la paz.

MIGUEL HERNÁNDEZ

La guerra es como una hoguera
donde los locos se abrasan.
Tristes guerras.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son palabras.
Tristes, tristes.
Alo lejos tú,sintiendo
en tus brazos mi prisión
en tus brazos  donde late
la libertad de los dos.
Libre soy: Siénteme libre.
Sólo por amor.

RAFAEL ALBERTI

¡Paz. paz, paz! Paz luminosa.
Una vida de armonía
sobre una tierra dichosa.
Paz sin fin, paz verdadera.
Paz que al alba se levante
y a la noche no se muera.

ANTONIO MACHADO

La guerra es el crimen estúpido por excelencia,
el único que no puede alcanzar
el perdón de Dios ni de los hombres.
La guerra está contra la cultura,
pues destruye todos los valores espirituales.
¡Señor! La guerra es mala y bárbara, la guerra
odiada por las madres, las almas entigrece,
mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra?
¿Quién sembrará la espiga que junto a ella amarillece?

GLORIA FUERTES

Si todos los políticos
se hicieran pacifistas
vendría la paz.
Que no vuelva a haber otra guerra,
pero si la hubiera
¡Que todos los soldados
se declaren en huelga.
La libertad no es tener un buen amo,
sino no tener ninguno.
Mi partido es la paz.
Yo soy su líder.
No pido votos,
pido botas para los descalzos
que todavía hay muchos.


FEDERICO GARCÍA LORCA

Marian, ¿qué es el hombre sin libertad? ¿Sin esa
luz armoniosa y fija que se siente por dentro?
¿Cómo podría quererte no siendo libre, dime?
Los poetas seremos viejos y solitarios.
Bajo el olivo añoso cantaremso la Paz.
Dirá: paz, paz, paz,
entre el itrite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se pongan de plata los labios.

MIGUEL DE CERVANTES

No hay en la tierra, a mi parecer, contento
que se iguale a alcanzar la libertad perdida.
Un poco de luz y no más sangre.
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones
que a los hombres dieron los Cielos, con ella no pueden
igualarse los tesoros que encierra la tierra, nio el mar encubre;
por la libertad, así como po rla honra,
se puede y se debe aventurar la vida.



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